En la antigua China hubo una vez un antiguo príncipe que intentó destronar al Emperador. Los dioses le condenaron por su afrenta y le transformaron en un dragón gigante que vagaría por los siglos. El Dragon Khan.Aún hoy hay quienes aseguran que por el esqueleto del Dragon Khan corre la sangre enfurecida del príncipe. Basta con atravesar sus 8 loopings y sentir cómo descarga su furia a 110 km/h para corroborarlo. ¿Tienes el coraje suficiente para intentarlo?
lunes, 16 de junio de 2008
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